Este mate integra en su diseño el concepto más tradicional de la Platería Criolla con un giro contemporáneo ajustado a nuevos materiales y necesidades, pero conservando su factura 100% manual. Estos se componen básicamente de dos piezas fundamentales; virola y calabaza. La primera se realiza a partir de una chapa de metal torneada, cincelada y luego pulida. Por su parte la cerámica, realizada en base a moldes originales de calabaza-mate, se hornea a altas temperaturas para luego bañarla con esmaltes sin plomo aptos para uso comestible. Posteriormente la virola es adherida a la calabaza de cerámica y sellada con el paso de los días. Los metales son utilizados respetando sus cualidades orgánicas, sin barnices sintéticos, por ello su color puede variar con el uso pero siempre logra restablecerse y volver a brillar.